¡Shhh...! escucha
A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una gran misericordia, y la felicitaban.
Lc 1, 57
Lc 1, 57
Hoy que la Iglesia quiere vivir una profunda renovación misionera, hay una forma de predicación que nos compete a todos como tarea cotidiana. Se trata de llevar el Evangelio a las personas que cada uno trata, tanto a los más cercanos como a los desconocidos. Es la predicación informal que se puede realizar en medio de una conversación y también es la que realiza un misionero cuando visita un hogar. Ser discípulo es tener la disposición permanente de llevar a otros el amor de Jesús y eso se produce espontáneamente en cualquier lugar: en la calle, en la plaza, en el trabajo, en un camino.
Papa Francisco, Evangelii Gaudium, 127
"Os pido haya en vosotr@s buen espíritu
y buena armonía"
y buena armonía"
Madre Carmen del Niño Jesús
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"Los que su estrella habéis visto, no dejéis de caminar; puertas abiertas a Cristo, abridlas de par en par. Pues que vienes para darnos nueva vida, ¡APRESURA TU VENIDA!".
Ya estás aquí, Jesús. En estos días en que la tierra es diferente -se respirar un aire de hermandad; parece que todo el mundo quiere ser más bueno; se renuevan los mejores sentimientos; la familia se reúne alrededor de la misma mesa...- por Ti, lo quieran o no, aprovéchate y haz de las tuyas.
Derrama tu bendición abundante sobre los que te siguen haciendo presente en nuestro mundo, tan herido... En atención a ellos, por fidelidad a tu promesa, ven y quédate siempre con nosotros. Ayúdanos a hacer posible tu Reino. AMÉN.